La iluminación de una estancia es un asunto de gran importancia. La luz es el complemento perfecto para la decoración. Saber jugar con sus efectos y colores puede ayudarnos a dar ese toque elegante, simpático o íntimo que busquemos según el lugar.
Además del tipo elegido, debemos tener en cuenta que cada estancia o habitación requiere de un tipo de iluminación adecuada al tipo de vida que se va a realizar en ella.
Las lámparas pueden clasificarse en tres grupos diferentes dependiendo del tono de luz que estas proyecten:
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Cálida: Esta luz se caracteriza por su tono rojizo o anaranjado.
- Neutra: Su tono es más claro que el anterior, y es apropiada para producir sensación de limpieza y frescura
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Fría: Recibe también el nombre de luz de día y tiene un alto porcentaje de tonos azules.
Prestando atención a la temperatura del color, cada habitación de nuestro hogar deberá tener un tipo de iluminación. Algunos ejemplos recomendados son los siguientes:
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Dormitorio: Se recomienda una luz cálida y tenue para crear un ambiente de relajación.
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Salón: Sirve tanto luz fría como cálida. La elección de una u otra dependerá exclusivamente de nuestras preferencias.
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Cocina: Se recomiendan luces lo más blancas posibles para dar sensación de espacio.